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lunes, 30 de marzo de 2009

DE MI COSECHA

PARODIA VACACIONAL (acampada)

Amanece la trémula mañana, todavía el sol no sale y todo es alboroto, como dejarlo pasar, si es la tradición, en estas vacaciones la acampada es lo más seguro que hacer, como dejar atrás eso, si se viene haciendo año tras año, carguen todo, pero acomódenlo bien, se escucha la voz guía del padre, todo mundo agarra bolsas, botes y hasta el perro, pero no se como cabe todo eso y además la familia, es un ir y venir, apresurados cual hormigas ordenando su nido, que si llevas toalla, los huevos para el desayuno, las de harina las echaron, el agua, las papitas, los atunes, las galletas, lista interminable de cosas y víveres y aún así por regla, siempre se olvida algo, el acampar tradicionalmente es llevar media casa a la playa o el campo, son días para “descansar” aunque uno se cansa más, son días de estar en familia, de tomar carretera y buscar un buen lugar, donde siempre al lado te tocan unos que no te dejan dormir, pero eso es parte de todo, aún así todos los años se planean, vemos autos que salen hasta con el pajarito, por que, quien le dará de comer en esos días, además, el también tiene derecho a “salir”, se arremolinan tradicionalmente en el tecolote, balandra, san Juan de la costa, el sargento, los barriles, san José, los encinos, los más osados se van más lejos, sin importarles nada, cual nómada antepasado, la historia será más grande para contar, sin reparar que el auto “eche” humo, tire aceite como loco, las llantas lisas lisas y enseyando los hilos, que tiene que el motor matraquee cual máquina de coser de la abuelita, pida más agua el radiador que un crudo al mediodía y por ahí de agosto, eso de la seguridad, que revise bien el auto, ya vimos que no importa, solo vale que nos lleve a donde queremos acampar y si cuando llegamos solo hay duna o arenal, pues ahí vamos con el vochito como si fuera 4X4, al cabo, siempre habrá el acomedido que viéndonos enterrados hasta mas de media llanta saque su flamante cadena y nos bote cual tapón de sidra con su lobo del año, pero ahhh, que decir de la mañana, hummm… amanecer en la playa acompañado de un susurro de olas que llegan y van, una suave brisa sopla por la puerta de la tienda, nos paramos y unos granitos de arena tan fina digna de un hermoso recuerdo, salen de nuestras orejas, el viento se a soltado y estamos empanizados de arena, salimos y todo mundo amarra sus casitas que bambolean casi hacia el desastre, para acabarla ¿el baño?, muy apresurada fue su levantada la noche anterior que el viento deshizo en hilos las débiles paredes hechas con sábanas, ¿y ahora?, la duna se pierde en el horizonte donde ayer tarde se disfruto la caída del sol, hoy se ve tan lejana, que no creemos poder llegar hasta allá para no hacer alguna necesidad a la vista de los cientos de aventureros que sufren como nosotros, ni modo, busquen otra sábana, ahí esta una camiseta del suegro como es XXXL alcanzará a cubrir un lado y del otro, la ropa de dormir de la abuelita, y agárrenlo fuerte chamacos por que si lo sueltan a medio proceso se la verán conmigo, pues ahí tienen a todos turnándose pa´agarrar fuertemente cada prenda; pero esto de acampara si que da hambre, se antojan… mmm… se antojan, a estas horas de la mañana y la primer peripecia solventada lo que caiga es bueno, nadie ha tocado las piolas de pescar así que nuestro pensamiento se dirige a la carterita de huevos que muy acertadamente la madre cuidó después de pasar por lo peores caminos, a eso de las 10 de la mañana el sartén comienza con su tan anhelado pssssshh…. Al caerle el aceite y uno que otro huevito acompañado de su respectivo jamón, pero ¡hey madre!, le pusiste mucha pimienta a esto, no que pimienta va a ser, el tan disfrutado fresco de anoche se convirtió en un repugnante viento que todo llena de arena, así que se los comen como estén, y pues ni modo el hambre es canija, al cabo, pues para eso tenemos dientes, eso si los chamacos corren y juegan con arena, conchitas, caracoles, hasta con las gaviotas dándoles algún desperdicio a comer, el agua fresca deleita a los bañistas, con la ropa mojada por tal disfrute el salir al viento de abril, tan fresco y recanijo como dicen luego, nos dá un frío de los mil demonios, no falta el chamaco que tan solo con esto se le suelte el moco y eso si, en el sol, hace un calor que quema hasta los huesos, ah malhaya un arbolito, pero los últimos pedazos de mangle los trozó un malandrín para ver si en la noche se hacia una fogata y pues, por el viento la precaria lona que nos costó 70.00 pesos en la tienda que ya saben, esta peor que una falda hawaiana, así que a la sombra de los carros cual perritos buscando el fresco todos se hacen bolas, mientras la madre abnegada abre unos atunes y les hecha mayonesa para el famoso pero tan rico sándwich playero, los chamacos con la panza hinchada por el refresco y las sabritas ni hambre tienen, pero hay de ustedes que se enfermen y no puedan dormir, se acabaron todo y apenas es el primer día de campamento… canijos… , para acabarla no falta el desentendido que por hacerse el graciosito se tiró un clavado entre las piedras y ahí esta con la panza raspada y con dolor, la tarde transcurre lenta y sobresaltada los compadres con el con del calorcito se acabaron las cervezas y todos se echan la bolita para ir corriendo al primer changarrito que encuentren por un nuevo cargamento, que mi carro se atascó, que el mío se calienta, yo voy pero me dan pa´la gota, no si pretextos no faltan, al fin como casi en todo, se ponen de acuerdo y sale la comitiva para traer tan valioso suministro, oigan ¿y las piolas y la carnada?, hijole las piolas no se donde quedaron y la carnada se echó a perder, pero bueno ya es tarde, hay que disfrutar de la puesta de sol, el viento sigue y forzamos la vista, se acabó el agua dulce por estarse lavando los ojos y echarles a los niños pues están quemados cual carbón, la luna sale deslumbrante y por un instante nos invade el romanticismo, unas palabras dulces salen a nuestra amada, ¿ya viste el conejo de la luna?, se está moviendo o ¿soy yo?, bueno… el día no termina y tan efusiva frase nos hace querer acompañarla con música, salen a relucir los famosísimos cadetes, el recodo, duranguenses, entrando las horas y la algarabía a todo lo que da, transcurre la noche y el plan de tres días se convierte en dos, gastados, quemados, el carro ponchado, el pajarito se murió pues nadie le hizo caso y lo dejaron todo el día dentro de carro, así partimos de regreso agotados, súper agotados pero eso sí, con mucha historia que compartir con los cuates que se quedaron quietecitos en sus casas.

Disfruten sus vacaciones y si se van a acampar…. Cuídense.