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jueves, 14 de agosto de 2008

REGRESO A CLASES EMOCIONANTE PERO ESTRESANTE

(Compartimos con ustedes este artículo tomado de la página de esmas.com, ojalá les sirva, esperamos comentarios, ya contamos con la opción imprimir, al final de cada artículo basta dar clic en la imagen de la impresora y listo)

Carreras, tareas, maestros, compañeros, todo vuelve a ser normal o nuevo después de la temporada de vacaciones, pero ¿qué significa esto para los niños y niñas?

Fuente: Cuide su Salud con la Dra. Diane Pérez

Pronto los niños y niñas entrarán nuevamente a clases y este suceso que se repite después de cada temporada de vacaciones y que no deja de ser muy, pero muy interesante, en muchos de ellos provoca situaciones de estrés que se manifiestan con miedo, inseguridad o mucha tensión que pueden afectar la salud.

Por ello, en este regreso a clases debemos prepararlos para este momento tan importante para ellos y ellas y tomar en cuenta que los primeros días, siempre son decisivos para su desempeño escolar durante todo el año.

El regreso a clases implica mucha incertidumbre y estrés por varios motivos:
- Si es la primera vez que van a la escuela, el temor es total, sobre todo por la separación de los padres, la incertidumbre de un “supuesto abandono”, el desconocimiento de lo que es un sistema educativo, el conocer a un maestro o maestra que quién sabe cómo será y el enfrentamiento con muchos otros niños y niñas desconocidos no es nada fácil de enfrentar.
- Si regresan a nuevo ciclo escolar, el conocer al nuevo maestro o maestra y pensar en cómo será su relación con ellos y el extrañamiento del profesor anterior (aunque la relación no haya sido del todo buena).
- Si es después de un periodo vacacional intermedio, la incertidumbre y a veces el temor o la alegría de pensar que todo seguirá como antes dependiendo de cómo haya sido anteriormente.
- El reencuentro con los amigos queridos, pero también con los compañeros que no caen bien o peor aún con los que se tuvo algún pleito durante el año anterior.
- La emoción de estrenar mochilas, uniformes, libros y todo tipo de útiles escolares que se presumirán a los demás.
- El temor a la disciplina que de alguna forma se rompe durante las vacaciones y que acarrea presiones a todos los familiares.
- La frecuente aversión a las tareas escolares.
- Experiencias previas no gratas en la escuela o con pasados maestros o compañeros.
- La presión en la escuela, la casa, las clases especiales y el control del tiempo minuto a minuto.

Es importante comprender que las vacaciones han permitido el cambio de ciertos hábitos, tanto alimenticios como del sueño, así como en la disciplina y los horarios, por lo que es necesario que se vayan ajustando poco a poco, antes del tan ansiado y a la ves tan temido día de regreso a clases.

Y para que todo marche bien, sugerimos lo siguiente:
- Platicar con ellos sobre la importancia del regreso a la escuela y determinar con ellos lo que se espera de este año y cómo piensan lograrlo.
-Plantear el regreso a clases como algo positivo y muy importante.
- Escuchar sus temores, dudas, intereses y expectativas con mucha atención y orientarlas respetuosamente en todo momento.
- Establecer y respetar los horarios para levantarse, dormirse, alimentarse, tomar clases especiales, hacer tareas y jugar o entretenerse.
- Responsabilizarlos sobre el cuidado de sus útiles escolares, el arreglo diario de sus uniformes o ropa de escuela, así como de la solución de sus tareas escolares para evitar el desorden que es causante muchos problemas y tensiones familiares.
- Supervisar bien su desayuno que es el principal alimento que les permitirá concentrarse y aprender bien durante toda la mañana. Con frecuencia es importante incluir un complemento alimenticio para el recreo, para que no les falten todas las vitaminas y minerales esenciales para su adecuado crecimiento y desarrollo.
- Estar pendientes de todos los cambios posibles de conducta o actitud que puedan ser manifestaciones de algún problema no resuelto en la escuela o en su vida personal. Tener el cuenta que los problemas para ellos son tan grandes e importantes, como lo son los nuestros.
- Tener todo listo para que las prisas no sean otro motivo de estrés, salir a tiempo para evitar el tráfico y mostrarse contentos en todo momento.

Pero también durante el año escolar hay que vigilar conductas que nos pueden indicar que los niños y niñas no se encuentran bien en la escuela, como:
- Llorar todos los días al entrar a ella.
- Orinarse cuando ya han logrado controlar este reflejo.Br> - Simular o presentar dolor de estómago, cabeza, náuseas y otros todos los días.
- Sentirlos desmotivados y tristes cada vez que salen de la escuela.
- Quejarse continuamente ante los padres sobre la conducta de maestros o compañeros.
- Presentar algún signo de violencia o golpe.
- Detectar baja de calificaciones sin motivo aparente.

Ante estas señales es importante:
- Escuchar a los niños y niñas, atender a sus quejas y darles credibilidad hasta que se demuestre lo contrario.
- Hablar con maestros y directores y comentar los cambios de conducta inesperados.
- Denunciar cualquier hecho de violencia.
- Ayudarlos y orientarlos en sus requerimientos.
- Comentar con los maestros si se piensa que las tareas son excesivas.
- Estimularlos y felicitarlos ante sus éxitos y orientar sus fracasos y errores para que aprendan de ellos.

Hay que recordar que serán muchos los años que los niños estarán en la escuela y que esa debe ser una etapa de aprendizaje saludable y placentero y no de angustia y temor.